El pechiazul es una de las aves con la que empezó a forjarse mi interés por la fotografía de aves. Recuerdo una jornada de campo hace ya años por la sierra de Gredos buscando los pechiazules. En aquella jornada pudimos observar dos machos reclamando desde su atalaya de piornal a escasos metros de nosotros. Estaban tan concentrados en sus disputas territoriales que nos ignoraban por completo.
Hace un año descubrí un artículo en Ardeola del genial Francisco Bernis que trataba sobre el pechiazul. Recogía como la reproducción del pechiazul en España fue descubierta por Witherby, con ocasión de su segunda visita ornitológica a la Sierra de Gredos, en junio de 1927. En su visita de junio de 1925 a la misma sierra, le había pasado inadvertido, y lo mismo ocurrió cuando visitó la del Guadarrama en 1927. Tendrían que pasar unos cuantos años para confirmarse su reproducción en otras zonas del Sistema Central, Cordillera Cantábrica (Bernis también recorrió también estas sierras, aunque no pudo encontrarlos) y Montes de León.
En Guadarrama y Gredos ocupa el mismo hábitat. Matorral alpino de piorno serrano o retamón (Cytisus purgans) con suelo herboso. El ave prefiere núcleos densos de matorral y pasa una gran parte del tiempo escondida, apeonando o posada por el suelo. El piorno de los collados alpinos presenta formaciones muy densas en las que los pechiazules pueden moverse pasando totalmente desapercibidos. Con la llegada de la primavera los piornos se tiñen de amarillo ofreciendo un espectáculo cromático para el que se asome a estos collados.
En la sierra de Guadarrama los pechiazules que he observado se localizan en laderas situadas en una altitud partir de los 1.600 metros. Aunque F. Bernis situaba el nivel en una cota superior, entre 1.880 y 2.227 metros. Este hábitat es frecuentado por otras especies entre las que he podido observar, escribano montesino, acentor común, tarabilla común, alondra común, pardillo, escribano cerillo, curruca rabilarga, curruca tomillera y mirlo común.
Esta primavera en mis visitas a sus cuarteles de verano sólo he podido observar machos. La hembra es más difícil de observar ya que muestra un comportamiento más discreto, pasando más tiempo oculta entre la vegetación. Esta desproporción en las observaciones de machos y hembras ya la ponía de manifiesto Bernis en su artículo apuntando varias explicaciones posibles.
Los machos cantan normalmente posados en lo alto de los piornos. El canto es muy variado y algunas notas pueden recordar el canto de otras especies. También hacen vuelos nupciales en los que ganan altura reclamando y se dejan caer revoloteando en forma de paracaídas al estilo de la alondra común.
En su artículo F.Bernis hace referencia a la enorme preponderancia de machos inmaculados en sus observaciones. Estos son machos que presentan una pechera totalmente azul sin ninguna mancha central de color blanco. Mis observaciones en las sierras del Guadarrama corresponden principalmente a machos inmaculados sin la medalla central.
F.Bernis indica que la existencia de machos inmaculados es conocida en Luscinia svecica cyanecula, pero señala este caso como raro o poco frecuente. Y que también es conocido que, bajo la capa azul uniforme de esos machos, late la manchita blanca, y basta levantar un poco las plumas para que esta mancha se manifieste. Esta mancha en ocasiones sólo se manifiesta mientras que los machos cantan.
En su artículo también pone de manifiesto la variabilidad individual en color y diseño. Presentan distintas longitudes y anchuras de las franjas que limitan inferiormente la pechera azul. De ordinario, estas franjas son: primero una negra, luego una rojiza, pudiendo quedar entre ambas una tercera, más estrecha o incompleta, que es blanquecina.
Volveré a buscar a los pechiazules por los collados alpinos de la Sierra del Guadarrama para fijarme en todos estos detalles.
Saludos y feliz pajareo
Miguel Ángel Serrano Rubio
Birding Iberia 
Muy interesante Miguel Angel, a ver si tengo tiempo y puedo acercarme a disfrutar de esta especie.
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¡Muchas gracias Valentín! El domingo pasado estuve de nuevo por la Sierra del Guadarrama observando los pechiazules con Miguel Villafáfila. A ver si coincidimos y subimos a obsrvarlos. Saludos
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